Camboya, al encuentro

Antes de partir al sudeste asiático ya habíamos decidido viajar desde Vietnam a Camboya a través del Mekong en vez de hacerlo en avión. Una lancha rápida que partía desde el pequeño embarcadero de nuestro hotel en Chau Doc, y cuatro horas de viaje, sería la encargada de trasladarnos hasta la capital camboyana, Phnom Penh. Me llamó la atención que justo después de dejar el puesto fronterizo, uno de los tripulantes cambiara la bandera. Fue como una señal de bienvenida al nuevo país al que nos dirigíamos. Toda la experiencia acumulada durante los días en que atravesamos Vietnam quedó en la mochila, a la espera de ser desempacada a nuestro regreso a España y todos mis sentidos se trasladaron río arriba, con la vista puesta en la nueva cultura con la que nos íbamos a encontrar.